SE7EN

Hoy apareció la noticia de que prohibirán el uso del aroma de los coches nuevos. Supongo que será por lo dañino que resulta. No leí toda la nota. Pero un olor parecido habita en mi mente desde que fui a la inauguración de Cinépolis en Plaza Bella de Pachuca. La sala alfombrada, las cómodas butacas, todo olía a nuevo, hasta las palomitas.

Pero lo que marcó ese momento fue cuando comenzaron a proyectarse las imágenes iniciales de la película con la que, además, se estrenaba un sistema de sonido novedosísimo. La experiencia raya en lo inolvidable porque comenzaron a aparecer acercamientos de instantes con imágenes inquietantes y oscuras junto a los créditos de la película hechas con helvética combinadas con un estilo grunge, hecho a mano, sucio, fuera de foco. Un reflejo del estilo gráfico-editorial de la revista Ray Gun diseñada por David Carson. Todo musicalizado por Nine Inch Nails. Los años noventa.

En un momento, el director David Fincher pensó en contratar a Mark Romanek, el director del video de Closer de NIN para hacer la secuencia, pero Kyle Kooper, el joven diseñador de esta entrada, lo convenció para que él la hiciera convirtiéndose inmediatamente en autor clave de la historia del diseño de créditos para el cine.

El tremendo audio de la sala me recordó al juego de sonido que experimentamos meses atrás con la presentación de Pink Floyd en el Foro Sol. Así de poderoso. Desde ese momento nunca vimos, ni escuchamos las películas de la misma manera. Hoy, 22 de septiembre de 2020, se cumplen 25 años de la aparición de SE7EN.