Pretty in Pink
El 28 de febrero de 1986 apareció el soundtrack de la película Pretty in Pink. Aunque la cinta no se exhibió comercialmente en México el disco si se editó. Se trata de uno de esos que contenía música “cambiavidas”.
Era la etapa única entre el fin de la secundaria y principios de la prepa. Como era mi costumbre desde años atrás, ocupaba alguna tardes para caminar por el centro pachuqueño mientras exploraba las novedades que llegaban cada martes a las tiendas de discos que existían en la calle de Guerrero. ¡Eran casi diez!
Fue en La Magia del disco donde vi exhibido el disco de Pretty in Pink. Seguramente me atrajo la imagen Molly Ringwald y su vestido rosa que, aunque no lucía completo, era suficiente para atraer la mirada de un pre-preparatoriano.
Pero lo que me convenció de llevarme a casa el disco fue que incluía a algunos grupos que no había escuchado antes pero que, extrañamente, me sonaban conocidos. El lado A empieza con If you Leave de OMD y termina con la canción que inspiró la película: Pretty in Pink de The Psychedelic Furs.
Pero escuchar el lado B fue lo que cambió mi vida. Empezaba con sonidos que más bien iban hacia lo electrónico y bailable pero con una dinámica que se distinguía de una manera muy especial. Sonidos nuevos para mis oídos, para mis pies y, sobretodo, para mi cabeza: Shell-Shock de New Order. Más adelante venía una canción que desde entonces me ha sonado como una especie de villancico dark, con una voz profunda que juega con una base rítmica magnífica y sintetizadores que acompañan los rasgueos enérgicos de una guitarra juguetona: Bring on the Dancing Horses de Echo and the Bunnymen. El lado B y el disco terminaban con una dosis de profunda melancolía qué incluía una de las letras más tristes que un recién salido de la secundaria podría escuchar. Tan tristes que entre los rincones oscuros aparecían de repente incómodos chispazos de ironía: Please Please Please Let Me Get What I Want de Los Smiths.
Años después pude ver por fin la película en casa de un amigo que tenía una antena parabólica donde llegaba la señal de Cinemax. Me gustó sobretodo la escena donde están en la tienda de discos. El soundtrack, sin embargo, rebasó por mucho a las imágenes en movimiento.
Hace poco pude conseguir el casete con la música y en su portada uno puede ver a Molly Ringwald con el atuendo rosa completo. Leí que David Lynch le mandó a la actriz el guión de Blue Velvet para que actuara en ella pero su madre lo leyó primero y le prohibió participar en el proyecto. Parece que nunca le avisó siquiera de la llegada del guíon-invitación a su casa. Hubiera sido interesante que Molly hubiera pasado del rosa al azul.