Meelt. Punk en la ciudad.
La historia de Meelt comienza cuando termina la anterior banda de Uriel (bajo y voz) quien invita por Facebook a varios amigos a tocar. Después de tres ensayos solamente Ale (batería y vos) siguió asistiendo por lo que decidieron dejar la formación en dúo. En el primer ensayo surgió su primera canción. Cuatro meses después lanzaron su primer EP. Fue en un seis de enero, día de los Reyes Magos.
Visitamos a Meelt en el centro histórico de la Ciudad de México. Entre sonidos callejeros y su colección de discos de vinil, platicamos con Ale y Uriel sobre su fresco proyecto que crece desde una franca independencia.
¿Cómo surge Meelt?
Uriel: Tocaba la batería en un grupo que se desintegró pero quería seguir haciendo música, aunque buscaba alejarme de la batería para evitar estar al fondo del escenario. Quería estar al frente y echar desmadre. Entonces convoqué a Ale y a otros amigos para formar un nuevo grupo. pero después de tres ensayos solamente fue ella y decidimos dejarlo como dupla. Sonaba muy arcaico pero al tercer ensayo ya teníamos la primera rola y a los cuatro meses grabamos nuestro primer E.P.
Tuvieron desde el comienzo un espíritu punk en el sentido de hacer que fluyeran las cosas sin detenerse mucho a pensar los procesos. ¿Cómo se ven dentro de la escena mexicana punk?
Ale: La esencia de Meelt es de hablar de la vida cotidiana, de la ciudad. Para mi lo punk tiene que ver con dejar de idealizar la realidad y traspasar lo que sí existe a otras actividades; eso puede ser muy contestatario y punk. Entender que vivimos en una época de pura enajenación donde siempre aspiramos a ser algo que no eres. Entonces es interesante voltear a ver lo que sí eres, lo que sí hay y hablar de calles y lugares que habitamos en lugar de, por ejemplo, seguir insistiendo en derrocar a la Reyna como en el punk inglés. Punk puede significar dejar de seguir viéndonos como un país de tercer mundo y presentar lo que está en nuestro entorno. Como una vez comentó Uriel, el punk ya no es dejarte los pelos parados o pegarle a la policía en las marchas. Para mí, estéticamente hablando, el punk sería mostrar mis axilas sin pena cuando toco la batería.
El punk es cuestionar lo que hay y en México tenemos demasiadas cosas qué cuestionar desde lo político, lo social y lo íntimo.
Algo punk es buscar lo que a ti te gusta. En mi caso, por ejemplo, es darme cuenta que no me gustan las fiestas porque prefiero dormirme temprano. A veces las ideologías pueden dañar a las personas. Debemos cuestionar las dinámicas de las ideologías. Punk puede ser moverte en bicicleta en lugar de subirte al auto.
En la introducción del libro “El poder del desorden”, el autor Tim Harford, platica la anécdota donde Keith Jarrett tuvo que hacer un concierto en 1975 con un piano defectuoso. Tuvo que tocarlo de manera distinta para sacar a flote a como diera lugar el concierto cuya grabación es hoy su disco más famoso. Eso de resolver las cosas con lo que tenemos me parece que empata con la ideología punk.
Ale: Tratamos de ser flexibles con lo que tenemos. A veces no llevamos parte de la batería porque es difícil transportarla. En la Ciudad de México todo el tiempo te tienes que adaptar; cuando hay contingencias, cuando falla el metro, cuando hay marchas, todo el tiempo tienes que tomar desiciones que no estaban planeadas. Es una costumbre que habita ya en nuestro inconsciente. Es improvisación pura, ya traemos ese chip.
De ahí nació algo de nuestra forma. Somos obsesivos, clavados. Ambos somos diseñadores y a veces hay procesos demasiado estrictos, estéticos y ambiguos, porque nadie sabe en realidad lo que es bonito y lo que no. En el diseño a veces es difícil sentirte satisfecho porque al final lo que haces siempre depende de que alguien diga si está bien o no. A veces puede depender de que tan bueno o malo estuvo el día para quien decide eso. Nosotros como banda no pasamos por ese filtro, terminamos una canción y seguimos con la que sigue, no la perfeccionamos porque no es lo que buscamos.
Uriel: Vengo de una familia donde se han dedicado a todo. Tengo un tío DJ de tiempo completo que nunca ha tenido trabajo formal pero ha hecho ropa, ha vendido discos, ha hecho de todo. Mi Mamá es actriz y ahora tiene una guardería, pero cuando era niño vendía un chingo de cosas. El hecho de vivir en una ciudad como la nuestra te hace buscar la manera de saltarte tantos filtros para poder sentirte satisfecho. Curiosamente en la escuela y en donde he trabajado no me he sentido bien porque hay que pasar procesos y filtros. En Meelt ha sido una experiencia chida porque no nos tenemos que proponer ser una banda con ciertos integrantes, con cierta temática o que la música debe sonar muy rockera. Cuando tenemos el resultado que nos gusta pasamos a lo que sigue, nos saltamos muchas cosas.
¿Qué tanto se detienen a escuchar sus propias canciones ya grabadas?
Uriel: Para mi escucharlas es sorprendente porque descubro muchos detalles, después dejo de hacerlo por días y al escucharlas me sorprende de nuevas maneras. Tratamos de disfrutar todo el proceso: componer, grabar, escucharnos y tocar en vivo.
Ale: Disfruto mucho escuchar música en general y al tratarse de música hecha por nosotros, la dinámica es fabulosa. Me gusta mucho escuchar nuestras canciones.
¿Cómo perciben a la escena musical independiente en México actualmente?
Ale: Hay de todo. Es curioso a veces escuchar las letras de otras bandas actuales no entendemos de que tratan, parecen salidas de un template con algoritmos automáticos desde una fórmula para fabricar las canciones, musical y líricamente. Por otra parte hay bandas muy chidas, como Hospital de México con unas letras increíbles que incluyen paisajes de nuestra ciudad. Se me hace interesante la dinámica que maneja Esteban, líder del grupo, porque elimina sus canciones de YouTube cuando hace una nueva versión, una dinámica que provoca que Hospital de México no sea muy escuchado. Le preocupa más que las canciones que hace le gusten a él que tener muchos seguidores.
¿Cómo surgió la idea de distribuir la canción “Buzón de voz” por Whatsapp?
Ale: Queremos que esa canción suene en Whatsapp por su título y temática. Un sueño hecho realidad sería que alguna Tía enviara la imagen de un Piolín junto con la canción que habla de la desconexión originada irónicamente por la tecnología que más bien transforma nuestra comunicación.
¿Cómo les ha ido al ser una dupla y a ti Ale, en el tema de género, cómo te has sentido como mujer al tocar la batería en los conciertos?
Ale: En las tocadas donde nos presentamos casi nunca hay mujeres. A veces incluso soy la única mujer lo que me hace pensar que el movimiento está segregado, dividido y estático. Para mi es preocupante porque si en un ambiente donde naturalmente te cuestionas las cosas es así, ¿Cómo es donde nadie se cuestiona? ¿Quién está haciendo punk? ¿Quién hace las preguntas? ¿A quién se les da espacio?
Hace poco entrevistaba a una amiga ilustradora sobre el síndrome del impostor que normalmente sufrimos las mujeres donde pensamos que no merecemos el lugar o que no sabemos tanto y al preguntarle cómo lo transmutaba ella, me respondió que disfrutando el proceso, evitando frustrarse con el resultado y creo que ahí está la clave.
A veces los procesos son más importantes que los resultados. El secreto es disfrutar los procesos. Está increíble disfrutar de la música y en Meelt la hacemos para nosotros y disfrutamos mucho tocar y escucharnos.
Me llama la atención su relación con Pachuca.
Ale: Mi relación con Pachuca es muy rara. Mi acercamiento con la ciudad ha sido de una forma que nadie me ha enseñado. En mi familia, a mis amigos de Pachuca les digo ¡Pachuca es lo máximo! y ellos dicen que no hay nada que hacer, que se aburren, no sé que… Creo que el compararnos puede hacer que nos desilusionemos mucho y por eso creo que la gente se deprime tanto viendo Instagram donde ves la vida increíble de los demás y ves la tuya y dices: ¡Chale!… Eso puede suceder igualmente con las ciudades cuando ves a otra ciudad y después volteas a ver la tuya.
Tenemos una canción que se llama La noche quedó atrás y está basada en un poema que ponen en la radio, en Universal Estéreo a la medianoche. Ese poema siempre lo escuchaba de regreso en la carretera de Pachuca a la ciudad de México cuando volvíamos del fin de semana.
Me parece muy representativa de su música la portada que hicieron para “Buscapleitos” con sus rostros chocando en un escáner…
Ale: El escáner es una super herramienta, es como el sobrino fresa de la copiadora. Nuestra intensión era hacerla en una copiadora, pero nadie nos dejó. La imagen que obtuvimos con el escáner quedó muy bien para lo que buscábamos en ese disco. Apenas estábamos entendiéndonos. Un escáner registra lo que ve y ya no hay vuelta atrás. No hay filtros. Pusimos nuestras caras y después las tipografías, lo chido es que si ves la foto y la amplias se ve el vapor de la nariz y los granos con una gran fidelidad, eso estuvo muy pertinente para la portada de Buscapleitos.
Cuando nos preguntan que tocamos nunca sabemos que decir exactamente pero podría parecerse al escáner: somos fieles pero, si te acercas demasiado, salen nuestros barros y salimos feos. Es una foto de perfil que si la ponemos en una red social no sería muy atractiva. No conseguiríamos muchos novios. Eso podría ser una buena definición de lo que Meelt busca ser.